Crisis agroalimentaria entre México y EE. UU.: cómo se reconfiguran las cadenas logísticas

En 2024, México importó más de 1.2 millones de toneladas de carne de cerdo, de las cuales el 87% provinieron de Estados Unidos. Al mismo tiempo, el jitomate mexicano representó más del 50% del tomate fresco que se consumió en ese país. Esta fuerte interdependencia agroalimentaria está siendo sacudida por un conflicto arancelario que amenaza con rediseñar el mapa logístico entre ambas naciones.
El jitomate mexicano bajo presión
Desde el 1 de julio de 2025, el Departamento de Comercio de EE. UU. canceló el Acuerdo de Suspensión de 2019 que regulaba las exportaciones de jitomate mexicano, acusando a los productores de dumping. Como resultado, se impuso un arancel compensatorio del 17.56% que afecta directamente a más de 600 exportadoras mexicanas.
Esto no solo impacta el precio final del tomate en EE. UU., sino que desencadena una serie de efectos logísticos:
- Sobrecostos en almacenamiento refrigerado
- Retrasos en aduanas, especialmente en Nogales y McAllen
- Riesgo de pérdida de frescura y competitividad
Control Terrestre, con presencia estratégica en rutas clave del norte del país, ya trabaja con exportadores para reducir tiempos de tránsito, optimizar consolidación de carga y minimizar pérdidas por interrupciones fronterizas.
México responde: aranceles a carne de cerdo y pollo
En respuesta a esta medida, México anunció una investigación contra importaciones de pierna de cerdo y pollo procedentes de EE. UU., en un acto de retaliación comercial.
Este giro tiene consecuencias logísticas profundas:
- México depende en un 52% de las importaciones de carne de cerdo
- La carne de pollo importada cubre un 20% de la demanda nacional
- EE. UU. envía entre el 40 y 45% de su carne de cerdo exportada a México
Si se imponen aranceles, los importadores tendrán que:
- Buscar nuevos proveedores en Canadá, Brasil o Chile
- Rediseñar rutas logísticas desde puertos marítimos en lugar de fronteras terrestres
- Adaptar su infraestructura de frío a normativas distintas y mayor tiempo de tránsito
Aquí es donde Control Terrestre entra como socio estratégico. Nuestro equipo puede acompañar a los importadores en la transición a nuevas rutas y orígenes, optimizando:
- Transporte terrestre multimodal desde puertos como Manzanillo o Veracruz
- Integración de software de trazabilidad y gestión de inventarios
- Coordinación con almacenes refrigerados certificados bajo normativas internacionales
Tensión para la cadena logística nacional
El sistema logístico mexicano ya venía bajo presión por el auge del comercio electrónico, la demanda de productos frescos y los desafíos de infraestructura. Este nuevo conflicto suma incertidumbre.
Según la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP), el 65% de la carne importada en México se distribuye por carretera desde la frontera norte. Si cambian los orígenes, muchos de esos flujos deberán redirigirse hacia terminales marítimas y nuevos centros logísticos en el Golfo o el Pacífico.
Control Terrestre ya está trabajando con operadores para:
- Analizar escenarios de reconversión de rutas
- Implementar modelos de simulación logística
- Optimizar rutas FTL y transporte combinado para reducir emisiones y costos
¿Qué pasará con los precios?
De mantenerse el conflicto, el Consejo Nacional Agropecuario (CNA) advierte incrementos de:
- Hasta 15% en el precio del pollo
- Y 20% en la carne de cerdo
Esto impactaría directamente a los hogares mexicanos, especialmente los de menores ingresos. A la vez, podría cambiar el patrón de consumo: más huevo, más pescado, más legumbres.
Cada uno de estos movimientos requiere nuevas capacidades logísticas, trazabilidad y almacenamiento especializado. Control Terrestre ya está adaptando sus servicios para apoyar a distribuidores que están evaluando nuevas líneas de productos o reestructurando su mix de proveedores.
Estrategias para amortiguar el impacto
Aquí algunas estrategias que los actores del sector agroalimentario y logístico pueden implementar con apoyo de socios como Control Terrestre:
- Diversificar orígenes de importación y exportación
- Inversiones en tecnología logística (IA, tracking, IoT)
- Reconfiguración de contratos de transporte y almacenamiento
- Diseño de rutas más eficientes desde nuevos nodos marítimos
- Alianzas logísticas entre productores, transportistas y operadores logísticos
Conclusión: de crisis a oportunidad
Aunque este conflicto representa un desafío real, también abre una oportunidad histórica para que México:
- Refuerce su soberanía alimentaria
- Mejore su infraestructura logística nacional
- Y reduzca su dependencia crítica de un solo socio comercial
En este contexto, las empresas que se adapten con rapidez —optimizando rutas, invirtiendo en eficiencia logística y diversificando mercados— no solo resistirán: saldrán fortalecidas.
En Control Terrestre, ayudamos a nuestros clientes a navegar estos escenarios con estrategia, tecnología y soluciones reales. Desde optimización de transporte hasta diseño de rutas sostenibles y consolidación de cargas, somos tu aliado logístico para enfrentar esta nueva etapa del comercio agroalimentario.
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