2025 ha arrancado con un escenario complejo para la logística en México. A diferencia del entusiasmo vivido durante 2024 por el auge del nearshoring, este año el panorama luce más reservado. La razón: una nueva oleada de tensiones comerciales entre Estados Unidos y China que está sacudiendo los cimientos de los fletes de importación, especialmente para operadores logísticos mexicanos.
En los primeros cuatro meses del año, muchas empresas del sector reportan caídas en el volumen de mercancías movilizadas de entre un 5% y un 20%. Esta desaceleración contrasta fuertemente con el crecimiento del 22% que vivió el sector en 2024, cuando se invirtió en infraestructura, personal y tecnología para capitalizar el movimiento de relocalización industrial.
¿Qué está pasando con los fletes de importación?
La respuesta se encuentra en el vaivén político y comercial de los países líderes en la economía global. El regreso de Donald Trump al poder en EE. UU. trajo consigo nuevas fricciones comerciales, reviviendo aranceles y tensiones que afectan directamente los fletes de importación. Aunque muchas de estas tarifas aún no se han implementado formalmente, el anuncio de posibles cambios ya ha generado suficiente incertidumbre para frenar decisiones logísticas clave.
El miedo se ha vuelto una barrera silenciosa pero poderosa. Muchas empresas han decidido pausar sus importaciones ante la duda de cómo serán tratadas sus mercancías al cruzar la frontera. Esto impacta tanto a los operadores logísticos como a los agentes de carga que ven sus patios y rutas vacías, y sus contratos logísticos en pausa.
Sectores más golpeados
La industria automotriz encabeza la lista de sectores más afectados. En particular, los proveedores que no cumplen con los requisitos del T-MEC enfrentan dificultades para seguir exportando sin penalizaciones. Además, el acero y el aluminio —materiales fundamentales en muchas cadenas productivas— están bajo nuevas restricciones, lo cual encarece y ralentiza los fletes de importación desde varios mercados internacionales.
Este entorno no solo encarece el transporte, también disminuye el flujo de caja de los clientes logísticos. Como explica un vocero de Kuehne+Nagel, los aranceles hacen que los exportadores deban pagar primero y esperar después, generando un impacto directo en la operación de los operadores logísticos.
La presión también viene desde Asia
Pero no todo el problema se origina en Estados Unidos. El resurgimiento de la demanda estadounidense de productos chinos también ha generado una sobrecarga en las rutas marítimas desde Asia, provocando un aumento acelerado en el costo de los contenedores. La Asociación Mexicana de Agentes de Carga (Amacarga) estima que los precios podrían duplicarse este mismo año.
Este aumento en la demanda de contenedores desde Asia coloca a México en una posición competitiva complicada. Las empresas mexicanas deben ahora competir con gigantes por el acceso a espacios en barcos, lo que no solo encarece los fletes de importación, sino que también ralentiza el flujo general de mercancías.
“El problema no es solo el costo, es la disponibilidad”, explica Amacarga. Al haber pocos contenedores disponibles, las navieras pueden negociar al mejor postor. Esta dinámica ha generado un “estira y afloja” que pone a muchas empresas en desventaja, obligándolas a pagar precios mucho más altos por mover su mercancía.
Una oportunidad entre la tormenta
A pesar de este panorama complicado, México aún puede encontrar oportunidades. El nearshoring, aunque hoy esté más contenido, sigue siendo una apuesta estratégica a mediano y largo plazo. Las empresas que se adapten con rapidez, mejoren sus procesos, diversifiquen sus proveedores y optimicen sus cadenas de suministro, serán las que logren mantenerse a flote en este entorno volátil.
Para los operadores logísticos, este es el momento de reforzar relaciones con clientes, ofrecer mayor transparencia en sus fletes de importación, y generar valor a través de eficiencia y resiliencia. Quienes puedan operar con flexibilidad, incluso bajo condiciones cambiantes, ganarán confianza en un mercado cada vez más selectivo.
Además, el impulso a la industria farmacéutica y manufacturera nacional que propone el actual gobierno mexicano podría compensar parcialmente la caída de los volúmenes de importación. Esto abre la posibilidad de desarrollar una red logística interna más robusta, que complemente los movimientos internacionales.
Adaptarse es la única estrategia
2025 no será el año del crecimiento exponencial, pero puede ser el año de la madurez logística. La incertidumbre, los nuevos aranceles y el encarecimiento de los fletes no desaparecerán pronto. Pero quienes comprendan los cambios y se preparen desde ahora podrán incluso fortalecer su posición para cuando el entorno se estabilice.
Los fletes de importación seguirán siendo un indicador clave de la salud logística de México. Hoy más que nunca, entender su evolución no es solo tarea de los operadores, sino de todo el ecosistema empresarial.
En Control Terrestre, seguimos comprometidos con brindar soluciones logísticas adaptadas a este nuevo contexto global. La resiliencia, la transparencia y la innovación son nuestros pilares para ayudarte a navegar esta tormenta con rumbo firme.
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