Elecciones 2024 todo lo que necesitas saber
La elección presidencial en EE.UU. entre Kamala Harris y Donald Trump es un tema crucial para México, ya que el resultado impactará en áreas como migración, comercio y seguridad, temas de alto impacto en la relación entre ambos países. Sin embargo, otro aspecto esencial que no siempre recibe atención es la logística. Dado el vínculo estrecho entre las economías de EE.UU. y México, el resultado de esta elección también podría tener repercusiones profundas para el comercio y la logística transfronteriza. Aquí exploramos algunos de los impactos potenciales que una administración de Harris o de Trump podría tener en estos aspectos clave.
Comercio y logística bajo una administración de Kamala Harris
Una victoria de Kamala Harris representaría, en gran medida, la continuidad de las políticas de Joe Biden en EE.UU. Para México, esto implicaría una relación comercial estructurada en torno al T-MEC, el tratado de libre comercio entre EE.UU., México y Canadá. Harris ha expresado su compromiso de mantener la cooperación con México, en especial en temas de derechos humanos y control de la migración.
En términos logísticos, una administración de Harris probablemente seguiría apoyando la expansión de las cadenas de suministro integradas en Norteamérica. Esto beneficiaría a México, donde muchas empresas de EE.UU externalizan procesos de manufactura y ensamblaje debido a la cercanía y las ventajas del T-MEC. La estabilidad y las inversiones en infraestructura logística podrían verse favorecidas, ya que Harris priorizaría mantener la relación bilateral en buenos términos, fomentando inversiones en infraestructura y el desarrollo de corredores de transporte que faciliten el comercio transfronterizo.
La agenda ambiental de Harris también podría impulsar el cambio hacia tecnologías más limpias en el transporte y la logística. Esto podría significar incentivos y subsidios para adoptar flotas de transporte eléctrico y mejoras en los sistemas logísticos sostenibles. México, a su vez, tendría la oportunidad de alinear sus prácticas logísticas y medioambientales, optimizando rutas de transporte más eficientes y sostenibles, y cumpliendo con las metas de reducción de emisiones.
Comercio y logística bajo una administración de Donald Trump
Por otro lado, una victoria de Donald Trump podría marcar un cambio más brusco en las relaciones comerciales y logísticas. En su administración anterior, Trump promovió políticas de “Estados Unidos primero”, incluyendo una revisión de acuerdos comerciales y la imposición de aranceles para proteger la manufactura de EE.UU. Esta vez, ha propuesto imponer aranceles adicionales a productos fabricados en México que contengan insumos de China. Para el sector logístico, esto significaría un incremento en los costos y una probable necesidad de modificar las rutas y proveedores para evitar estos aranceles.
Además, Trump ha sugerido la posibilidad de renegociar ciertos aspectos del T-MEC. Esto podría traer incertidumbre para la logística, ya que las empresas mexicanas tendrían que adaptarse rápidamente a cambios regulatorios o a posibles restricciones en la exportación. Las empresas logísticas en México, en especial aquellas que dependen del comercio transfronterizo, podrían verse obligadas a rediseñar sus operaciones, encontrar rutas alternativas o explorar mercados fuera de EE.UU. para mitigar riesgos.
Otro aspecto que afectaría a la logística bajo una administración de Trump es la migración. Durante su primer mandato, Trump presionó a México para que actuara como un “tercer país seguro” de facto, lo que resultó en una mayor militarización de las fronteras y una mayor vigilancia. Si decide implementar políticas similares en un segundo mandato, los flujos migratorios y de transporte en las regiones fronterizas podrían enfrentar más retrasos y obstáculos.
Impacto en la logística: entre la estabilidad y el proteccionismo
Bajo Harris, las cadenas logísticas tendrían un entorno más predecible y estable, permitiendo una planificación a largo plazo. Con Trump, en cambio, la logística enfrentaría un mayor riesgo de inestabilidad y costos imprevistos debido a posibles barreras comerciales y un enfoque más proteccionista.
A medida que la logística se ajusta a una política exterior estadounidense inestable, las empresas mexicanas de logística podrían considerar adaptarse a la creciente presión para reducir costos, mejorar la eficiencia y evitar dependencias en insumos importados. Además, en ambos casos, México tiene la oportunidad de mejorar su infraestructura logística para estar mejor preparado ante cualquier cambio en la relación con EE.UU.
Conclusión
El resultado de las elecciones estadounidenses de 2024 afectará profundamente a la relación entre EE.UU. y México en áreas clave como la seguridad, el comercio y la migración. Para el sector logístico, la diferencia entre una administración de Harris o Trump representa un mundo de estabilidad o de posibles barreras. En un contexto global donde los riesgos geopolíticos están al alza, la logística mexicana deberá anticiparse y adaptarse para mantener su competitividad y garantizar el flujo constante de bienes entre ambos países.