El impacto de los huracanes en la cadena logística de Estados Unidos: El caso de Helene y Milton

Huracán Milton se intensifica en el Golfo de México

Los huracanes son eventos devastadores que tienen consecuencias más allá de la pérdida de vidas humanas y los daños a la infraestructura física. Para la logística, son una amenaza severa que interrumpe el flujo de bienes y afecta tanto al comercio local como internacional. En el caso de los huracanes Helene y Milton, las cadenas de suministro de Estados Unidos han sufrido graves interrupciones, lo que revela la vulnerabilidad de los sistemas logísticos ante desastres naturales de gran magnitud.

A continuación, analizamos en profundidad cómo estos huracanes afectan la logística estadounidense, con un enfoque especial en los impactos en el transporte, la producción industrial, los costos operativos y las respuestas de la industria.

Interrupciones en las rutas de transporte clave

El huracán Helene, que tocó tierra como categoría 4, y el huracán Milton, que se espera llegue como categoría 5, han causado y seguirán causando grandes interrupciones en las rutas de transporte de Estados Unidos. Las principales vías terrestres, como autopistas y carreteras, han quedado intransitables en varios estados debido a las inundaciones y los deslizamientos de tierra. Según la Asociación Americana de Transporte, cerca de 15,000 millas de carreteras quedaron gravemente dañadas tras el paso de Helene, afectando directamente el transporte de bienes y servicios.

Estas interrupciones causan un efecto dominó en la logística terrestre, donde las empresas deben redirigir sus envíos, lo que incrementa los tiempos de entrega y los costos operativos. Según un informe de la Sociedad de Ingenieros Civiles de Estados Unidos, los daños a la infraestructura de transporte después de un huracán pueden tomar hasta seis meses en ser reparados completamente, lo que significa un largo período de disrupciones logísticas.

Paralización de puertos estratégicos y afectación al comercio internacional

Los puertos del Golfo de México y la costa sureste de Estados Unidos son algunos de los más importantes para el comercio internacional. El puerto de Miami, por ejemplo, maneja más de $43 mil millones en mercancías cada año, siendo uno de los principales puntos de entrada para bienes provenientes de América Latina y Asia. Durante el paso del huracán Helene, las operaciones en el puerto se suspendieron durante cinco días, generando un retraso en la entrada de miles de contenedores.

Se espera que el huracán Milton también cause interrupciones similares en los puertos de Florida. Estas paralizaciones no solo afectan las exportaciones e importaciones de productos, sino que generan un desbalance en la distribución de mercancías a lo largo del país. El 40% del tráfico marítimo de mercancías en Estados Unidos transita por los puertos del Golfo de México, y cualquier interrupción prolongada en esta región impacta severamente a la cadena de suministro.

Además, la congestión en los puertos cuando se reanudan las operaciones es otro problema significativo. Tras el paso del huracán Ida en 2021, las demoras en la entrada y salida de mercancías en los puertos afectados promediaron 8.5 días, según el Consejo Marítimo de Comercio. Un fenómeno similar se espera tras el paso de Milton, lo que afecta la eficiencia en la distribución de productos a nivel nacional e internacional.

Interrupciones en los servicios de mensajería y carga

Las empresas de mensajería como FedEx y UPS son componentes vitales en la logística de Estados Unidos, y sus servicios se han visto gravemente afectados por los recientes huracanes. En el caso de Helene, FedEx y UPS informaron que sus operaciones estaban limitadas en más de 500 códigos postales en Carolina del Norte, Carolina del Sur, Georgia y Tennessee. Esto representa una interrupción significativa en la logística de último tramo, que es esencial para el comercio electrónico y las entregas a domicilio.

En términos de volúmenes, se estima que FedEx y UPS manejan conjuntamente cerca de 36 millones de paquetes al día en los Estados Unidos. La suspensión parcial de sus servicios debido a huracanes como Helene y Milton significa que millones de paquetes no llegan a su destino a tiempo, lo que impacta no solo a los consumidores individuales, sino también a las empresas que dependen de entregas just-in-time.

Estas interrupciones generan un aumento en los costos operativos de las empresas de mensajería, que deben redirigir sus rutas y enfrentarse a desafíos logísticos imprevistos. Además, la congestión en los centros de distribución y la demanda acumulada después de que pase el huracán puede llevar a demoras adicionales, creando una cadena de problemas que afecta a todo el sistema.

Daños en la infraestructura industrial y paralización de plantas

Las fábricas y plantas industriales ubicadas en el sureste de Estados Unidos han sido gravemente afectadas por el huracán Helene, y se espera que el huracán Milton cause daños similares o mayores. Según la Federación Nacional de Manufactura (NAM), el sector manufacturero perdió más de $1.2 mil millones en ingresos durante los cinco días posteriores al paso de Helene, principalmente debido a la paralización de plantas por falta de energía y daños estructurales.

El sector textil, en particular, ha sido uno de los más afectados. Kimberly Glas, presidenta del Consejo Nacional de Organizaciones Textiles, informó que más de 21 plantas han cerrado en los últimos 18 meses, y las recientes tormentas solo han exacerbado esta situación. La paralización de estas plantas, que producen bienes esenciales para la cadena de suministro global, retrasa la producción y pone en riesgo la disponibilidad de inventarios.

Este tipo de interrupciones no solo afecta a la manufactura local, sino que también impacta a las cadenas de suministro globales que dependen de productos estadounidenses. Según un análisis de la consultora McKinsey, un retraso de dos semanas en la producción de bienes manufacturados puede generar hasta un 25% de aumento en los costos de inventario y transporte para las empresas que dependen de esos productos.

Incremento en los costos operativos y efectos a largo plazo

Las disrupciones causadas por los huracanes no solo generan problemas logísticos inmediatos, sino que también aumentan significativamente los costos operativos de las empresas. En el caso de Helene, las empresas de transporte y logística estiman que sus costos aumentaron entre un 10% y un 15% debido a la necesidad de redirigir rutas y contratar servicios de emergencia, como transportes adicionales y reparaciones rápidas. Con el huracán Milton, se espera que los costos puedan subir aún más, especialmente si las interrupciones se prolongan.

El costo adicional de transporte también afecta a las pequeñas y medianas empresas que dependen de cadenas de suministro ágiles y eficientes. Un estudio de la Cámara de Comercio de Estados Unidos encontró que las pequeñas empresas pueden experimentar un aumento del 20% en sus costos operativos durante los primeros seis meses posteriores a un huracán, debido a la escasez de suministros y a los problemas en la distribución.

A largo plazo, la incertidumbre generada por los huracanes también puede llevar a cambios en las estrategias logísticas de las empresas. Se espera que muchas organizaciones inviertan más en tecnología de resiliencia, como el mapeo avanzado de la cadena de suministro y el uso de inteligencia artificial para predecir y mitigar los riesgos climáticos. Según Gartner, el 75% de las empresas planean invertir en tecnologías de resiliencia para 2025, en respuesta a los crecientes desafíos logísticos derivados del cambio climático.

Resiliencia de la industria frente a desastres naturales

A pesar de los desafíos inmediatos, la industria logística de Estados Unidos ha demostrado una notable capacidad de recuperación tras los desastres naturales. Empresas de sectores como el textil y la manufactura han acumulado inventarios estratégicos que pueden minimizar el impacto de las interrupciones. En particular, la industria textil tiene suficiente inventario acumulado para mantener el suministro de productos durante las primeras semanas después de un huracán, lo que reduce el impacto inmediato en los consumidores.

Además, la rápida adopción de tecnología en la cadena de suministro ha permitido que las empresas reaccionen más rápido ante desastres naturales. El uso de sistemas de monitoreo en tiempo real, drones para inspeccionar daños en infraestructuras y la automatización en los almacenes ha reducido significativamente el tiempo de respuesta de las empresas ante estos eventos.

El desafío de mantener la cadena logística frente a las tormentas

Los huracanes Helene y Milton han subrayado la vulnerabilidad de las cadenas de suministro estadounidenses ante desastres naturales. La paralización de puertos, la destrucción de infraestructuras clave, la interrupción de servicios de mensajería y los daños en las plantas industriales generan un ciclo de disrupciones que afecta desde la producción hasta la entrega final de productos. A medida que los eventos climáticos extremos se vuelven más frecuentes, es crucial que las empresas logísticas inviertan en resiliencia y desarrollen estrategias para mitigar los riesgos climáticos. Solo con una planificación proactiva y el uso de tecnologías avanzadas podrán enfrentar los desafíos del futuro.

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